27 Sep 2019
Nos recogieron en Bucarest y nos llevaron en coche, a más del doble de la velocidad permitida, hasta Mamaia. Allí tuvimos un rato para dar un paseo, coger el teleférico y comer.
Desde allí fuimos a Mahmudia, un pueblo con poco encanto y pocas cosas que hacer. Nos alojamos allí en una especie de casa de huéspedes, muy nueva pero sin ningún tipo de servicio para el turista (ni siquiera el desayuno y la cena eran allí). La cena y el desayuno nos lo servían en Casa Nelu, a pocos metros. La comida era muy casera y rica, la cocinera encantadora y el ambiente muy local, lo cual nos gustó mucho.
Ahora ya sí, al día siguiente hicimos el safari por el Delta. ESPECTACULAR. Fueron tres horas en una buena barca en la que estábamos sólo nosotros, el capitán y el guía, quién por cierto, no se despegó de nosotros en los tres días (la verdad es que nos habría gustado tener algo más de independencia, pero parecía no darse cuenta y nos resultaba violento decírselo claramente). Vimos muchas aves y el paisaje es precioso.
El resto del tour no merece mucho la pena, vimos unas ruinas que no son demasiado interesantes y poco más.
En resúmen, aunque lo que fue el rato del Delta sí que estuvo bien, se emplea demasiado tiempo para tres horas de excursión y el resto del tiempo no tienes donde relajarte y estar a gusto ni ves nada especialmente interesante. Si te alojases en uno de los lodges o resorts que hay por la zona sería otra cosa muy diferente....