13 Aug 2019
Como viajero, busco siempre lo más genuino, culturas y formas de vida enraizadas en la tradición. Huyo de la aglomeración turística y me encantan los espacios salvajes y naturales. Mongolia me aporta todo eso. He de admitir que tardé en conocerla. Viajé por primera vez en 2016 y me enamoré al instante de sus aterciopelados paisajes lunares, de la sensación de vacío y de su gente hospitalaria, que no ha dejado de lado sus raíces. Desde entonces, la he visitado otras dos veces y espero que no sean las últimas.He cabalgado con los cetreros Kazajos, he cruzado ríos helados para ir al encuentro de los Tsaatan, los jinetes de renos, he acompañado a los nómadas, con sus caravanas de camellos, durmiendo en una naturaleza que te hace sentir el único ser humano sobre la tierra. Se lo recomiendo a todos aquellos que buscan experiencias diferentes, alejadas de los convencionales circuitos turísticos. En cuanto a Mongolian Ways, sólo puedo tener decir que saben lo que se traen entre manos. Se adaptan a tí y hacen que todo sea muy fácil. ¡¡¡Sus guías y conductores son excelentes!!!