15 Nov 2023
Estuvimos con mi esposa y cuñados en Esquel y Trevelin entre el 26 y 31 de octubre. Una experiencia inolvidable. Nos alojamos en una maravillosa cabaña en Ayelen Andina no lejos del centro de la ciudad. Muy confortable y bien equipada. El desayuno completo y rico. Hicimos excursiones a Trevelin (pueblo del molino) donde nos recibió un festival de colores con casi tres millones de tulipanes en perfecta simetría con senderos internos para recorrerlos, rodeados de un escenario encantador de montañas nevadas y bosques de pinos. Imperdible. También fuimos al molino - museo Nan Fach donde nos recibieron descendientes del pionero gales Thomas Evans que llegó a poblar el lugar en 1894. Su bisnieto y familiares nos mostraron y explicaron brillantemente el uso de elementos de antiguas, maquinarias y carruajes de esa época. Entre ellos se destaca el molino con su rueda accionada por el agua de un arroyito que nace en una vertiente andina. Actualmente produce varios tipos de harina de trigo entre ellas la integral. Luego visitamos las cascadas donde se respira un ambiente cargado de Naturaleza y relax. Buenísimo. Otro viaje a través del tiempo fue el de la Trochita con un paseo por la estepa patagónica hasta la estación Nahuel Pan. En el trayecto nos sorprendió una copiosa nevada que tiño de blanco el paisaje. Finalmente recorrimos el camino cubierto de nieve hacia el centro de esquí La Hoya pasando por laguna la zeta de origen glaciar, avistamos de muy cerca una manada de guanacos que nos observaban con curiosidad. El último día cenamos exquisito cordero patagónico al asador observando nevar a través de la ventana. Al día siguiente nos despidió Esquel nevado hasta casi la hora de volar hacia Buenos Aires. Recomendable viaje.