Hicimos un viaje a marruecos 4 amigos de Barcelona. Antes de iniciar nuestra aventura, decidimos reservar la excursión al desierto para asegurarnos poder realizar esta actividad que tanta ilusión nos hacia.
Entonces con lo que reservamos teníamos un chófer llamado MUSTAPHA que nos recogió en nuestro Riad ubicado en Fez a las 8am con una furgoneta de 7 plazas y se encargó de llevarnos hasta el desierto de Merzouga. Este trayecto fue de 9 horas, pero se nos hizo muy ameno ya que íbamos haciendo varias paradas por todo el camino muy divertidas, como la de ver monos salvajes con los que nos hicimos fotos, etc. Durante el trayecto, nuestro chófer Mustapha, se encargó en todo momento de tenernos animados y despiertos poniéndonos un gran repertorio musical en la furgo, desde música árabe, pasando por música pop española incluso temas comerciales actuales en las que nos arrancábamos a cantar y bailar los 5! Mustapha siempre estaba de buen humor y alegre y se preocupaba de que estuviéramos bien a gusto en todo momento.
Una vez llegados al inicio del desierto, dejamos la furgo y allí nos esperaba un 4x4 de 7 plazas que nos acabó de acercar más al lugar donde estaban los camellos. Antes de subir a los camellos, nos invitaron a tomar un te. Una vez tomado el te, llegó el momento del encuentro con los camellos, donde nos montamos con nuestras mochilas e iniciamos el paseo por las dunas liderado por Mohamed, un chico joven que se encargó de la ruta con los camellos. Después de adentrarnos en las dunas, bajamos de los camellos, se quedaron descansando y subimos a pié hasta lo más alto de una duna donde pudimos gozar de las mejores vistas del atardecer allí. La subida por la arena fué cansada pero valió mucho la pena! Una vez arriba, aprovechamos para sacar unas fotos, Mohamed también fue nuestro gran fotógrafo particular, con buen ojo para saber sacarte de película en ese entorno tan espectacular. Cuando empezó a oscurecer, bajamos de la duna haciendo una carrera, ese momento fue inolvidable, una sensación única. Retomamos los camellos y ya nos dirigimos hasta nuestro campamento. (En todo momento estas actividades las hicimos de manera privada, solo para nosotros 4). Llegamos al campamento y nos recibió de manera muy agradable y simpática nuestro amigo Salah Tshalou, donde nos sirvió un te y tuvimos una charla muy divertida. Luego nos instalamos en nuestra Jaima, era privada para nosotros, con dos camas de matrimonio, váter, pica y ducha (cosa que no esperábamos).
Después nos avisaron que ya tenían la cena lista para servirla y fuimos a la Jaima donde tenían el comedor. Allí nos juntamos con una matrimonio con dos niñas extranjeros muy agradables y buena gente. Al acabar la cena, Salah, Mohamed y mi amigo Younes nos prepararon una hoguera al aire libre y tuvimos espectáculo de música de percusión y nos cantaron en directo. Fue muy divertido ya que nos hacían participar mucho tanto cantando, bailando alrededor del fuego como tocando los instrumentos. Una vez terminado esto, llegó el momento de adentrarnos de nuevo en el desierto para observar las estrellas tumbados en la arena con unas mantas y también jugamos todos juntos a adivinanzas, nos contaron historias sobre el desierto y alguna que otra leyenda. En general nos pareció muy mágico y el cielo parecía que se nos venía encima de la gran cantidad de estrellas que se llegan a observar, dándonos la sensación de ser unas horomiguitas dentro de este universo. Luego volvimos al campamento y ya nos metimos en nuestra Jaima para ponernos a dormir.
Al día siguiente, nos despertamos muy pronto para salir a ver el amanecer, algo precioso, como de repente las dunas se bañan de un color dorado. Más tarde volvimos al campamento, donde nos tenían preparado un buen y contundente desayuno, donde estaba todo muy rico. Al finalizar, recogimos nuestras cosas y volvimos a tomar los camellos para volver hasta los 4x4 y luego con él, volver hasta nuestra furgo con nuestro querido Mustapha.
Al finalizar esta actividad del desierto, nuestro chófer nos dio una gran sorpresa! Nos llevó a un pueblo llamado Risani, donde nos esperaba un guía que hablaba español que nos iba a mostrar su pueblo y si actividad comercial con su extenso mercado. La verdad es que nos encantó ese lugar, nos hicieron unas muestras sobre hierbas y especias muy curiosas y apetitosas y compramos bastantes cositas naturales ya que su precio estaba genial!
Una vez finalizada esta visita que duró más de 1h, partimos nuestro camino hasta Fez, haciendo parada para comer, ir al baño, estirar las piernas...
En general, coincidimos los 4 en que fue una gran vivencia y experiencia que repetiríamos sin dudar incluso quedándonos más noches en el desierto para poder vivirlo con más calma. Todas las personas que conocimos nos trataron de lujo, muy amigables, simpáticos, siempre tienen una sonrisa en la cara. Esperamos mantener esta amistad con nuestros compañeros africanos para poder repetir la experiencia en un futuro. Estamos muy agradecidos de todo lo que recibimos en cada momento y nos queda en nuestro corazón un precioso recuerdo para siempre.