18 Sep 2024
Ambiente: Las Cataratas del Iguazú desde el lado brasileño son un espectáculo natural impresionante, y al principio, nuestra experiencia con Nordic Travel Iguazú prometía mucho. El parque está rodeado de vegetación exuberante, creando un entorno mágico.
Guía y Organización: Marcelo, nuestro guía, fue un genio total. Nos explicó claramente cómo iba a ser el recorrido y las actividades que realizaríamos. Sin embargo, todo cambió drásticamente tras las cataratas. Cuando mencionamos que teníamos un tour que incluía las cataratas y dos horas en el duty free, la situación se volvió insostenible.
Vistas: Las panorámicas son espectaculares, pero eso no puede ocultar lo que vino después. Una vez en el duty free, el guía nos indicó que esperáramos en un kiosco específico tras pasar aduanas, asegurando que el transporte vendría a recogernos. Lo que se prometía como un servicio cómodo se convirtió en una pesadilla. Estuvimos una hora y media abandonados en un lugar desconocido, enviando mensajes por WhatsApp que no obtenían respuesta.
Desorganización y Abandono: Es inaceptable que, tras pagar por un servicio, nos dejaran a la deriva de esa manera. La falta de coordinación y la ausencia de apoyo en un momento crucial fueron extremadamente decepcionantes. Nos sentimos completamente desamparados y desinformados, lo que arruinó la parte final de nuestra experiencia. Esto es algo que nadie debería experimentar al pagar por un tour.
Atención del Personal: Si bien Marcelo fue un buen guía al principio, la atención al cliente en esta fase crítica fue inexistente. Nordic Travel Iguazú necesita mejorar drásticamente su organización y el cuidado hacia sus clientes.
Comentario de Cierre: En resumen, visitar las Cataratas del Iguazú desde el lado brasileño con Nordic Travel Iguazú tenía el potencial de ser inolvidable, pero la desorganización y el abandono en el duty free la convirtieron en una experiencia frustrante. Si decides viajar con Nordic, ten en cuenta que podrías quedarte a la deriva. Es una situación que no debería ocurrir a quienes han pagado por un servicio que debería ser de calidad.